¿Quién mató a el ministro?


CAPÍTULO 1
LA LLAMADA
 Javier Ferrer salió de su oficina a las 6:30 de la tarde de ese 11 de Mayo de 2011; la llamada que había recibido lo obligaba a trasladarse a las afueras de la capital. A esa hora el tráfico era pesado y sentía que nunca iba a llegar. El lugar pactado para la cita era una vieja bodega de gas natural, que quedaba tres kilómetros al norte de la ciudad.
 Cuando vio libre la carretera, aceleró su Toyota Judigue modelo 2011 y alcanzó más de 110 kilómetros por hora. Atrás había dejado la ciudad y frente a él, una transitada carretera en la que los autos empezaban a encender las luces, pues la noche ya llegaba.  
Luego de cuarenta minutos de recorrido llegó al lugar, era la antigua zona industrial de Andaluz, donde antes del uso único del Etanol, todos los usuarios convertían el sistema de sus autos a gas natural. En esa vieja bodega de ladrillo a la vista y tejas de zinc, sólo había una pequeña luz que alumbraba la entrada, el resto de su alrededor era oscuro.
 Debido a que para acceder al lugar, Javier había tenido que tomar un desvío de la carretera central a la bodega, la vía estaba desolada y pasaba un automóvil cada media hora. El panorama no podía ser más aterrador, pues sumado a ello una pesada neblina posaba sobre el lugar, por lo que el frío era intenso y Javier debió usar su gabardina sobre el traje.  

Cubierto totalmente de negro y con un temor y una curiosidad intensa, abrió la puerta principal de aquella bodega, que estaba entreabierta. Al hacerlo, la evidente oxidación de la puerta suscitó un gran ruido, que se propagó por toda la edificación.

En ese momento, justo al entrar, sonó su teléfono móvil, era un Nokia NM70 de última tecnología, con pantalla y cámara integrada de alta resolución, que durante la conversación permitía la visión frente a frente de los interlocutores. El detective Ferrer no contestó la llamada y silenció su teléfono.

Siguió caminando por la entrada de esa abandonada bodega, había muy poca visibilidad, pero de pronto se encendió una luz que lo cegó. Javier se sorprendió y al mismo tiempo se alertó. En ese mismo instante sonaron varios disparos que provenían del segundo piso de la bodega, Ferrer sacó su arma de dotación y empezó a responder a los ataques, corrió y se refugió detrás de una pared. Los disparos continuaban y a lo lejos se escuchaban unos gritos de orden:
-Rápido hermano, ese man no puede ir muy lejos.
-Baje y yo me quedo mirando acá, voy a llamar a los demás.

Ferrer refugiado en esa pared y ya muy lejos de la salida, empezó a sentir los pasos de varios hombres. Cada vez los sentía más cerca, así que se movió de su posición, pero en ese momento tropezó y cayó al suelo. El estruendo lo sintieron sus buscadores, pronto, apuntándole con un arma a la cabeza, lo encontraron. Ferrer tuvo que entregar su arma y someterse a los cuatro  hombres.

Uno de estos hombres le amarró las manos y lo empujaba para llevarlo al segundo piso, Javier le preguntó:
-¿Qué es lo que van a hacer conmigo?
-Yo no soy quien le vaya a responder eso, pero alguien que usted estaba buscando hace mucho, se lo puede decir. Usted venía acá por información y la va a tener –respondió el hombre que lo llevaba.

Antes de llegar a una oficina en el segundo piso le cubrieron los ojos con una tela oscura, lo obligaron a sentarse y el hombre que lo llevaba dijo:
-Ahí está patrón, el muy idiota cayó en la trampa.
-Muy bien Nelson, no sabe las ganas que tenía de tener a este imbécil frente a mí. Amigo Ferrer, usted está buscando lo que no se le ha perdido, como decimos en este medio, usted sabe mucho para seguir vivo.
-Pues sí, sé lo suficiente para acabar con su organización y enjuiciarlo a usted.
-¿Ah sí?, Entonces usted cree saber quién soy yo, me parece muy bien. Pues sí, está nada más y nada menos que frente al asesino intelectual del ministro Rincón, ese que usted lleva buscando tanto. No sabe cuánto disfruté planeando la muerte del imbécil de Rincón, ese hombre se había convertido en una piedrita en mis zapatos.

Javier se estremeció dentro de su silla al escuchar esto, el aprecio por el ministro Rincón y saber que había llegado a la cumbre de su investigación le provocaban sentimientos encontrados, tanto de satisfacción como de impotencia. Finalmente el hombre que estaba frente a él, el mismo asesino intelectual que llevaba buscando hacía mucho, cargó su pistola, le apuntó y le dijo:
-Aquí mismo se acaba su desgraciada vida, por fin acompañará a su ídolo, el sapo del ministro Rincón. Ambos cometieron muchos errores, cruzarse en mi camino es uno de ellos.

El detective Ferrer vio su vida en un segundo, se llenó de temor y angustia, su corazón latía rápidamente y sentía la muerte muy cerca, de inmediato volvieron a él todos los momentos de su investigación…
 CAPÍTULO 2
EL INCÓMODO PERSONAJE
 Durante el segundo período del presidente Franco, dos años atrás, el Congreso de la República aprobó la eliminación de la figura del vicepresidente y la creación de la del primer ministro, quien sería elegido por voto popular en las presidenciales, independiente a la del presidente. Las funciones de esta nueva figura política en el país serían las de presidir el gabinete de ministros del gobierno y dirigir el Congreso de la República.

Para las elecciones nacionales de 2010, tanto de presidente como de congresistas, se estrenaría la figura. Para este cargo se presentaron cuatro candidatos, pero tras una numerosa y apabullante votación, Jairo Rincón se convirtió en el primer ministro del país con un 54% de la votación.

Jairo Rincón era dirigente del Partido Nacionalista y alcanzó gran popularidad desde el congreso, cuando denunció grandes escándalos de corrupción en varios proyectos estatales, todos protagonizados por gran cantidad de senadores. Su transparencia y rigidez frente algunos temas le ocasionaron el apoyo de muchos, pero la enemistad extrema de grupos al margen de la ley amparados por miembros del Congreso de la República.

Pocos meses después de la elección, el primer ministro y el presidente electo Octavio Salinas, se posesionaron en sus cargos. El nuevo mandatario era totalmente opositor al primer ministro, pues era militante del Partido Republicano, uno de los tradicionales en el país. Los primeros meses fueron difíciles, pues los dos poderes se encontraron en varias ocasiones, debido a proyectos de ley que presentaba el gobierno y el Primer Ministro, en el congreso, los tumbaba.

Al finalizar el primer semestre de gobierno, la popularidad del Primer Ministro era mucho mayor y protagónica a la del Presidente. Rincón había destapado las filtraciones de contrabando y narcotráfico de varias empresas que servían de fachada,  logrando realizar  una limpieza sin precedentes para evitar el lavado de activos.

CAPÍTULO 3
CUENTA DE COBRO
 Jairo Rincón tenía una familia ejemplar. Daniela Jaramillo, su esposa, era rectora de la prestigiosa Universidad Real de Andaluz, de la cual, su joven hija Camila de 21 años, era estudiante de Economía.
 Aunque la vida de Jairo Rincón iba en ascenso y muchos ya lo postulaban como el próximo presidente del país, las amenazas de quienes se vieron afectados por sus acciones y declaraciones no se hicieron esperar. En diciembre de 2010, durante dos semanas, un grupo de narcotraficantes secuestró a su hermana Ana Milena Rincón, quien a su regreso a la libertad le informó a su hermano las serias intenciones que tenían de atentar contra él.
El Primer Ministro era consciente de ello, pero sabía que en esa organización estaban involucrados no sólo narcotraficantes sino políticos, empresarios, militares, periodistas y jueces.

Luego de recibir varias amenazas por teléfono y en cartas, donde los remitentes le pedían abandonar el cargo, Rincón solicitó al Congreso que se aprobara un decreto para aumentar recursos destinados a su seguridad personal. El pedido se cumplió y los miembros del Servicio Secreto de Seguridad reblaron la seguridad del ministro.

el 5 de Febrero, cerca de las 10 de la noche, cuando regresaba a su casa, dos hombres le dispararon en repetidas ocasiones y asesinaron al popular Primer Ministro.

El magnicidio le dio la vuelta al mundo, el presidente Salinas declaró duelo nacional y al sepelio de Rincón asistieron cientos de miles de personas tristes, con rabia e impotencia por lo que había ocurrido.

El Presidente ofreció condolencias y pésame a la familia Rincón Jaramillo y como gesto de apoyo, le ofreció a la viuda de Rincón el cargo que desempeñaba su esposo. Esta lo rechazó, y finalmente Esteban Tabares, miembro del Partido Nacionalista, remplazó a Rincón como primer ministro.

 CAPÍTULO 4
LOS ELEGIDOS
 Tras el crimen de Rincón, todo el país se preguntaba ¿Quién mató al ministro? La Fiscalía, los jueces y en general la rama judicial del país se ponía a prueba con este delicado caso, que como muchos, podría quedar impune.

Dentro de la Fiscalía se buscó el equipo más idóneo para resolver este caso, el cual el país estaría siguiendo a diario. Los detectives Javier Ferrer y Daniel Arcila fueron los elegidos para empezar a solucionar este proceso que podría extenderse por meses e incluso años.

Javier Ferrer, un hombre alto de 42 años, con canas en su cabellera, símbolo de experiencia, de gran contextura y de tez morena, llevaba más de 15 años dentro de su institución, había sido el responsable de destapar los casos de corrupción, narcotráfico y contrabando que había denunciado Rincón como primer ministro. Para él, Jairo Rincón era un ejemplo de política transparente; ambos habían sido muy cercanos.

Por su parte Daniel Arcila, su compañero de 38 años, era un hombre de poca altura, no más de 1,65 metros, de cabello castaño oscuro, ojos oscuros y tez morena. Ferrer y Arcila habían trabajado juntos desde hacía ocho años y no había caso que no hubieran resuelto; ambos pidieron trabajar solos en esta investigación y solicitarían ayuda sólo cuando lo creyeran conveniente. 

A la semana siguiente, en la revista Autónoma, estalló una bomba periodística. Luisa Osorio, editora de opinión y noticias de esa importante publicación, escribió un artículo que titulaba “El gobierno pudo matar al Ministro”, en él, se exponían las opiniones de allegados al Ministro, quienes argumentaban que él había solicitado protección y la que se le había brindado era mínima, también mostraba la conveniencia, para muchos sectores políticos y del gobierno, de su eliminación del cargo.

Un artículo de la constitución del país que reza sobre la libertad de expresión, impidió la censura y denuncia a esta revista, pues ésta no estaba afirmando, solamente publicando opiniones sobre el caso.

CAPÍTULO 5
LAS RINCÓN Y JARAMILLO

Días después, la investigación de Ferrer y Arcila avanzaba, ya existían capturados sindicados de ser los presuntos asesinos materiales. Por su parte, los detectives analizaban videos con las declaraciones del Ministro en contra de algunos senadores, dirigentes políticos y empresarios. El primer ciclo de investigación se centraba en interrogatorios a los allegados laborales de Jairo Rincón. Las preguntas eran sobre sus amenazas y sobre el momento del asesinato en concreto, el siguiente ciclo sería el interrogatorio a la familia Rincón Jaramillo.

Ya había pasado más de un mes y medio de la muerte del Primer Ministro, los detectives Ferrer y Arcila consideraron este tiempo suficiente como respeto al duelo para entablar los interrogatorios respectivos a la familia Rincón Jaramillo. El 22 de Marzo, con previa autorización de la familia, Javier Ferrer y Daniel Arcila acudieron a la casa del Ministro, frente a la cual lo habían asesinado. Allí los esperaban la esposa del Primer Ministro y su hermana, liberada meses atrás.

Al llegar a la casa de los Rincón Jaramillo, una hermosa edificación ubicada al occidente de Andaluz, en uno de los barrios más prestigiosos, la señora Daniela Jaramillo recibió amablemente a los detectives de la Fiscalía. Javier Ferrer era un gran conocido de la familia y tachado como uno de los allegados laborales del ministro Rincón.

La señora Jaramillo ubicó a Ferrer y Arcila en la sala principal y los hizo esperar un momento hasta que estuviera su cuñada. Javier cargaba una reportera digital con la que grabaría el interrogatorio, además de una serie de fotos y videos que analizarían con los familiares. Cuando los detectives organizaban sus implementos, bajó por la escalera principal Camila Rincón, la hija del Primer Ministro, y se saludó con ellos:
-Buenas tardes, supongo que ustedes son...
-Señorita, él es Javier Ferrer y yo soy Daniel Arcila, los detectives de la Fiscalía encargados del caso de su padre, mucho gusto.
-El gusto es mío, espero que su investigación sea muy productiva y a mi regreso al país puedan tener tras las rejas a los asesinos de mi padre-respondió Camila.
-¿Cómo así señorita, usted se va a ir del país?, ¿No nos va a colaborar con la investigación?, Sin duda alguna usted es alguien muy importante por su obvia cercanía al ministro Rincón-añadió el detective Ferrer.
-Qué más quisiera yo, pero mi madre solicitó asilo político para mí y me dijo que lo mejor era que no interviniera en la investigación, pues podría ser muy peligroso.
-De ser así, le pedimos que por favor participe en el interrogatorio de hoy con su madre y su tía, antes de que se vaya quisiéramos que nos dé su versión de lo ocurrido.
-Detective Ferrer, créame que si por mí fuera lo haría encantada, pero le repito, mi madre me ha suplicado que no intervenga en el caso, puede ser contraproducente.
-Está bien señorita si el problema es el temor de su madre, hablaré con ella, les ofreceremos la mayor seguridad posible.

En ese momento Daniela Jaramillo y Ana Milena Rincón llegaron a la sala para iniciar el interrogatorio, la señora Jaramillo se dirigió a su hija:
-Camila retírate por favor, recuerda lo que te dije; aprovecha este tiempo en la Universidad, el señor Hurtado tiene listos los programas de traslado y homologación, ya sea para España o Francia.
-Perdone que me meta señora Jaramillo-dijo el detective Ferrer-pero considero que la presencia de la señorita Camila es fundamental en nuestro interrogatorio, es mejor que se quede.
-Usted es quien me va a disculpar detective Ferrer, pero tengo mucho miedo por la suerte que pueda correr mi hija, ya perdí a mi esposo, Camila es lo único que me queda y no voy a permitir que participe en esta investigación, su vida puede correr peligro.
-Pero mamá, los detectives nos pueden ofrecer seguridad.
-Por favor Camila, ¿Cuál seguridad?, ¿La misma que le dieron a tu padre?, Definitivamente no, no lo voy a permitir.
-Señora Jaramillo tranquilícese y déjeme explicarle, el objetivo de esos criminales era atentar contra el señor Rincón, la información que él tenía era muy valiosa y sus revelaciones estaban causando polémica, con su asesinato esta gente queda tranquila, pues no habrá más denuncias.
-Detective Ferrer, y a usted ¿quién le dijo que yo no conozco esa información?, Yo sé mucho más de lo que usted se pueda imaginar, y voy a denunciar lo que sé, por eso necesito a mi hija lejos de aquí, ¿me entiende?

CAPÍTULO 6
LAS REVELACIONES DE DANIELA
 Después de la respuesta de la señora Jaramillo, Ferrer y Arcila quedaron perplejos, jamás se imaginaron que esta mujer conociera sobre las demandas que hacia y estaba por hacer el ministro Rincón antes de su asesinato. Ferrer accedió a que Camila se retirara del caso, aunque pidió que por lo menos la señorita Rincón le enviara a su correo electrónico una declaración escrita de su versión, la señora Jaramillo no opuso resistencia a ese requerimiento.
 Cuando Camila se retiró, los detectives iniciaron el interrogatorio, ahora más sorprendidos por lo que la señora Jaramillo les había dicho:
-Señora Daniela ¿qué sospechas tiene usted acerca de los asesinos del ministro Rincón?, Si usted conocía las denuncias de su esposo, probablemente tiene alguna hipótesis.-preguntó el detective Arcila.
-Si claro, Jairo siempre confió mucho en mí y todas las denuncias que él hacía me las contaba primero a mí, por él empecé a conocer la verdadera cochinada que se maneja en este país y la ambición por el dinero.
-Pero específicamente qué es lo que usted conoció de manos del ministro Rincón-preguntó Ferrer.
-Señores, las declaraciones que Jairo iba a dar a conocer la semana de su muerte eran contra el congresista Ramón Bañol, este hombre, compañero de Jairo a su paso por el senado, es el mayor contrabandista del occidente del país, y desde la fachada de empresas que Jairo aún no conocía, traficaba con drogas hacia otros países.

Los detectives nuevamente quedaron atónitos con lo que había dicho la señora Jaramillo, esta información nunca la habían manejado y era quizás por el grado de corrupción y filtración en la Fiscalía, que se habían entorpecido varias investigaciones contra políticos.

-El doctor Rincón ¿tenía pruebas de ello?-preguntó Arcila.
-Jairo no iba a decir todo eso junto, pues no tenía las pruebas suficientes, pero estoy segura de que sus declaraciones iban a formar gran polémica, quizás esta información, no sé cómo, se filtró en el congreso y los aliados criminales de Bañol-diciéndolo entre lágrimas- asesinaron a mi esposo.
-Sin pruebas ¿cómo iba a acusar al senador Bañol?-interrogó Ferrer.
-Yo no he dicho que no existían pruebas, sólo que no había las suficientes como para que se iniciara un caso enla Fiscalía, precisamente aquí tengo los documentos que enlazan los negocios de Ramón Bañol con el contrabando en el occidente del país, él coordina todas estas empresas y las cuentas bancarias de éstas están a nombre de su primo.

Ferrer y Arcila observaron los documentos, estas pruebas no eran suficientes para iniciar un caso en la Fiscalíacontra Bañol, aunque él no tendría como explicar estos nexos de contrabando y fachadas de narcotráfico. Al leer detalladamente, Ferrer preguntó:
-¿Cuándo llegaron estos documentos al ministro Rincón?
-El día antes de su muerte, él los trajo de su despacho, un informante que tenía en esa organización delictiva se los envió y en su próxima intervención en el Congreso iba a efectuar la denuncia en contra de Bañol.
-Señora Jaramillo, tengo una hipótesis. Seguramente en esa organización delictiva descubrieron al informante, lo obligaron a hablar y al saber que el ministro Rincón estaba muy cerca de destapar esta olla podrida, fraguaron el plan para asesinarlo. Estoy seguro de que en esto no sólo está implicado el senador Bañol, aquí hay mucho más, aunque no sé realmente si debamos encaminar nuestra investigación hacia ese senador, tengo muchas dudas.
-Deben hacerlo-agregó Ana Milena Rincón, la hermana del Ministro, que había permanecido en silencio escuchando las revelaciones de su cuñada-Yo también tengo mucho que contar acerca del senador Bañol, aunque no me atrevía porque no conocía las pruebas que Daniela les acabó de enseñar.
-¿Cómo así?-preguntó Arcila.
-Sí, durante mi secuestro me di cuenta de que Bañol tenía nexos con esferas delictivas del país. Cuando volví a la libertad, le conté a Jairo lo que sabía, para prevenirlo y para que de una vez por todas renunciara a su cargo, pero él no quiso. Me pidió que guardara silencio acerca de esta información para tranquilizar a la familia y además me dijo que no podíamos revelar lo que conocíamos, pues no teníamos las suficientes pruebas para incriminar a Bañol. 
-¡Maldita sea!, Aún no existen esas pruebas que lo puedan inculpar o que nos permitan llegar al foco de la organización-dijo Arcila- Y muy seguramente el informante que tenía el Ministro, ya debe estar bajo tierra.

La conversación de los detectives con las señoras se alargó toda la tarde y parte de la noche. Los cuatro trataron de buscar más documentos que involucraran a más personas, pero parecía que los delincuentes habían planeado todo, pues no existían documentos en contra de ningún otro político y ya no había ni quien informara,  ni quien recibiera esa información.
Ferrer y Arcila salieron de la vivienda de los Rincón Jaramillo aproximadamente a las ocho de la noche, debían descansar, pues el siguiente día sería muy pesado con todas las investigaciones que debían llevar a cabo.

CAPÍTULO 7
EL SENADOR ACUSADO
 Un nuevo amanecer, el detective Ferrer se comunicó con la oficina del senador Bañol en el Congreso, su objetivo era llamarlo a indagatoria, sin que nadie se diera cuenta para no entorpecer las investigaciones:
-Senador Bañol ¿cómo está?, Habla con Javier Ferrer, detective de la Fiscalía encargado del caso del asesinato del Primer Ministro.
Con un tono nervioso y pausado por un momento, Bañol respondió:
-Muy bien muchas gracias. Detective Ferrer, en ¿qué le puedo ayudar?
-Usted me puede ayudar en mucho, lo llamo porque necesito su versión libre acerca del asesinato que investigo.
-Perdón, pero primero que todo yo no tengo nada que ver en eso y segundo, usted necesita una orden expresa de la Fiscalía para llamarme a versión libre o indagatoria.
-Déjeme recalcarle que usted tiene mucho que ver en el asesinato de Rincón. Yo sólo trataba de que esta información no se conociera en los medios y no formar un escándalo, pero si usted desea que con una orden de indagatoria haga pública mi sospecha contra usted, entonces así será...
-Un momento detective, yo no estoy diciendo eso, tranquilo. ¿Cuándo tengo que acudir a dar mi versión libre e inocente de ese asesinato?
-Senador Bañol, lo espero esta tarde en la oficina de inteligencia de la Fiscalía, allí nadie lo descubrirá, si eso es lo que quiere, porque por ahí dicen que el que nada debe, nada teme.
-Yo no le temo a nada detective, estaré a las cinco de la tarde en el lugar pactado, pero recuerde, nada de medios de comunicación. 
 La hora llegó, Ferrer estaba en esa oficina de inteligencia desde las cuatro de la tarde analizando los documentos que probaban los nexos de Bañol con los contrabandistas y el narcotráfico. Pasados quince minutos después de la cinco de la tarde, Ramón Bañol, escoltado por un escuadrón de seguridad privada, llegó a aquella oficina. Bañol era un hombre de 58 años, su pelo negro oscuro y su piel blanca, generaban pánico en la penumbra de aquel cuarto. La mirada de este senador gobiernista era seria, inspiraba algo de temor y amenaza.
 Bañol se ubicó frente a Ferrer, se sentó y empezó aquella conversación:
-Senador Bañol bienvenido, quizás usted no me conocía en persona, pero creo que por el odio que me tiene, sabía mucho de mí. Me imagino que uno de sus mayores deseos es verme muerto.
-¿Por qué dice eso?
-Sencillamente porque en mis investigaciones y operativos se han descubierto grandes cargas de contrabando que usted coordina como jefe, no sé si único o con socios, el caso es que usted está involucrado en esas organizaciones.
-No voy a permitir que me acuse injustamente, recuerde que la calumnia es un delito y eso es lo que usted está haciendo conmigo, ¡lo puedo demandar Ferrer!
-Precisamente eso es lo que dicen todos los culpables cuando la Fiscalía los señala, y más los políticos. Señor Bañol estos documentos prueban la relación que usted tiene con esta mafia del contrabando; estas cuentas bancarias a nombre de su primo y estas fotos en las que usted negocia la distribución de esa mercancía. Además de todo ello, esas mercancías de electrodomésticos salen cargadas de cocaína para Estados Unidos y Europa, aunque, obvio, ustedes con el soborno han evitado que la policía los acuse.
-Usted está llegando muy lejos con esto detective, le pido que no siga mintiendo de esa manera, usted no tiene ningún derecho a...
-¡Claro que lo tengo!-gritó Ferrer- Y le voy a decir algo Senador: aquí están parte de las pruebas, no todas aún, si se entrega y empieza a desmantelar esa organización que asesinó al ministro Rincón, puede obtener una rebaja, de lo contrario, cuando tenga las pruebas suficientes ¡lo mando a que se pudra en la cárcel!.
-Deje de decir sandeces Ferrer, con estas simples pruebas no me van a hacer nada. No me voy a entregar por algo que no he hecho. Lo que estoy viendo es que el “detective estrella” de la Fiscalía está buscando culpables donde no los hay, quizá porque le quedó grande la investigación.
-¡Cállese maldito asesino de cuello blanco!, Usted siempre le tuvo envidia al ministro Rincón y por eso lo mató, pero lo voy a incriminar, ¡lo voy a incriminar!
-Pruébelo detective, en este país todo el mundo es inocente hasta que no se demuestre lo contrario, demuestre mi culpa. Y si no es más le pido un permiso, me voy a descansar a mi confortable mansión, qué tenga suerte con la búsqueda del verdadero asesino.
Bañol se retiró y la ira que tenía Ferrer le dio la idea de perseguir e investigar lo que más pudiera al senador Bañol, a través de él, iba a poder llegar a la cima de la investigación y resolver la duda de ¿quién mató al ministro?
 CAPÍTULO 8
PERIODISTA INTRÉPIDA
 Al otro día, en la mañana, la periodista de la revista Informativa, Luisa Osorio, se presentó en la oficina de Javier Ferrer y pidió una cita con los detectives. Luisa cargaba una carpeta repleta de documentos, al entrar a la oficina saludó a los detectives:
-Detective Ferrer, detective Arcila, ¿cómo amanecen?
-Muy bien señorita Osorio, aunque extrañados con su visita-respondió Ferrer
-Me imagino. Pues bien, mi presencia en este lugar tiene un fin específico que nos podrá beneficiar a ambos.
-¿De qué se trata?, En estos momentos estamos muy concentrados en la investigación del asesinato del ministro Rincón-dijo Arcila.
-Y ¿ustedes creen que no lo sé?, Por eso precisamente estoy aquí. En esta carpeta tengo información muy valiosa sobre la culpa que tuvo el presidente Salinas en la muerte del ministro Rincón; a Octavio Salinas no le convenía mucho un hombre tan influyente y poderoso en su gabinete.
-Y dale con el mismo cuento, Luisa a usted ya la acusaron de calumnia por lo que había escrito antes y ahora nos quiere meter a nosotros en problemas-le dijo Arcila.
-Como se ve que le tienen mucho miedo al gran jefe, el presidente, no son capaces de involucrarlo en este crímen, recuerden que todo puede ser posible. Detective Arcila se ve que usted es absolutamente gobiernista.
-De ninguna manera periodista, lo único que le estoy diciendo es que nosotros no podemos calumniar a nadie, está demostrado que el presidente no tiene nada que ver en el asesinato del Ministro.
-Cálmate Daniel-le susurró Ferrer a Arcila- recuerda que Bañol es del mismo partido del Presidente, ahí puede existir una conexión. Nos interesa señorita Osorio ¿qué propuesta nos tiene?
-Así me gusta, ahora sí estoy hablando con el que es. Detective Ferrer yo les entrego toda esta información; aparecerá como si ustedes la hubieran descubierto, y ustedes me conceden una entrevista exclusiva informando al país sobre su trabajo para encontrar al asesino. ¿Qué les parece?
-Primero tenemos que ver si la información que usted nos va a entregar sí es útil y verídica-dijo Ferrer.
-Ah no. Me arriesgo a que ustedes se queden con la información y no me den la entrevista, primero la entrevista.
-Tiene que confiar en nosotros señorita Osorio, primero analizamos las pruebas contra el Presidente y luego le concedemos una entrevista muy completa.
 La periodista aceptó y toda la mañana tanto los detectives como ella estuvieron analizando las pruebas que incriminaban al Presidente. En estos documentos se mostraban las múltiples solicitudes hechas por el ministro Rincón para obtener una seguridad especializada y una indiferencia rotunda del Presidente; además estaban publicadas dos cartas, enviadas a senadores amigos, entre ellos Ramón Bañol, donde el presidente Salinas sostiene que “hay que detener al ministro Rincón a como dé lugar (...) los discursos de Jairo están tumbando todos los proyectos que ha presentado el gobierno y su gabinete”.
 La hipótesis de Ferrer giraba en torno a que muy posiblemente el Presidente había ignorado la petición de seguridad del Primer Ministro para dejar actuar a la organización de la que el senador Bañol era miembro; las fichas empezaban a encajar en este rompecabezas.
 CAPÍTULO 9
GRANDES INTERESÉS
 Esa misma semana los detectives encontraron, dentro de los movimientos bancarios del senador Bañol, desvío de dineros, de la seguridad del Primer Ministro, los cuales finalmente se destinaron a las empresas del occidente del país tachadas de contrabandistas. Con este compendio de pruebas, los detectives llamaron a la semana siguiente a rendir indagatoria al senador Bañol, al Presidente y a algunos senadores del mismo partido de gobierno. El llamado generó impacto en el país, al mismo tiempo que salía publicada en la revista Informativa, la entrevista a los detectives y las pruebas en contra de los políticos nombrados.
 En la investigación oficial, en la primera semana, se descartó la culpa en el crímen de los otros senadores llamados a indagatoria, aunque el caso del senador Bañol era más contundente, por la dirigencia que éste tenía sobre las empresas cuestionadas de contrabando y narcotráfico; la investigación contra el Presidente aún no iniciaba.
 Al otro día se iba a dictar orden de captura contra el senador Bañol por las pruebas contundentes, pero una llamada a la Fiscalía menor, ente que dictaría la sentencia, hizo revaluar ésta misma y declarar como inocente de todo lo que se le imputaba al senador Bañol. Esa misteriosa llamada había sido nada más y nada menos que del Fiscal General, quien recibió una alta suma de dinero de la organización delictiva para revertir la sentencia.
 Pasó un día y la frustración de los detectives era muy grande al saber que su trabajo y la investigación que estaban haciendo no valía la pena, pues buscaban un sospechoso con gran número de pruebas y a los días lo liberaban sin mayor explicación.
 La investigación se detuvo, Ferrer y Arcila estaban con las manos cruzadas y estancados, pues no podían ejercer investigación alguna contra Bañol, pues lo habían declarado inocente.
 CAPÍTULO 10
DETECTIVES EN APUROS
 Luego de algunas semanas de espera inició la investigación en contra del presidente Salinas, quien, un día antes de que se resolviera su situación, le dijo a los medios de comunicación que “la investigación era sana y que todo lo que se tuviera que hacer para encontrar las pruebas era saludable.”
 Al día siguiente, el Presidente refutó, con pruebas en manos, acerca de los documentos que habían presentado los detectives semanas antes; explicó que no existió indiferencia alguna en las solicitudes de seguridad, agregó que esas cartas las atendió y las pasó al departamento de seguridad del Congreso, que estaba a cargo del senador Bañol, para que aprobaran la orden de aumento en seguridad. Cuando preguntó sobre el incremento de ésta, el director del Servicio Secreto de Seguridad le informó que la mayor seguridad estaba a disposición del Ministro. El Presidente continuó su defensa afirmando que las cartas a otros senadores para “deshacerse” del Ministro las conocía todo el país y se trataban de órdenes estratégicas para contrarrestar el poder de Rincón en el Congreso, nada más.
 Los detectives quedaron decepcionados de su trabajo tras estas declaraciones, aunque se sorprendieron con lo que agregó el Presidente posteriormente: “sin duda alguna, la orden de libertad concedida al senador Bañol es una gran farsa, aunque lo reconozco, Ramón Bañol es miembro de mi colectividad política, su actuación al no conceder la seguridad al Ministro y sus nexos señalados con esferas del contrabando y el narcotráfico, merecen su captura. Señores detectives continúen con su investigación, tienen mi apoyo y el de mi gobierno”.
 Ferrer y Arcila sintieron un impulso y un estímulo para reiniciar la investigación en contra del senador Bañol, pero algo muy grave los afectaría.
 Esa misma noche, debido a que la organización delictiva temía por la cercanía a la que estaban los detectives por encontrar la verdad, secuestraron a la madre del detective Arcila. El suceso causó un nerviosismo absoluto en el detective Daniel Arcila, quien estuvo a punto de renunciar:
-Javier, yo no puedo resistir esto, esa gente está presionando para que yo no siga investigando, definitivamente voy a renunciar.
-Daniel, te prometo que esta noche traigo de vuelta a doña Inés, si no es así, mañana aceptaré tu renuncia, iré a mi casa por algunas cosas y de vuelta iniciaré un operativo.
 Camino a su casa recibió la llamada de Daniela Jaramillo, la viuda del Ministro:
-Detective Ferrer, ¿cómo está?, lo llamo para despedirme y desearles la mayor de las suertes a usted y a su compañero en la investigación.
-Pero ¿cómo así que despedirse?
-Sí, ayer intentaron secuestrar a Camila en la Universidad y me llamaron a advertirme de que si no me iba del país nos iban a matar. No hay nada que hacer, hoy mismo salgo con mi hija y mi cuñada.
-No puede ser señora Jaramillo. Voy a trabajar fuertemente por ustedes, les deseo la mayor de las suertes y le prometo que muy pronto encontraremos a los culpables y ustedes podrán regresar tranquilas.
 Javier llegó a su casa, eran las 8:35 p.m., frente a ella había un Renault Megane desde hacía varias horas, pero él no se percató de ello, salió rápidamente de su casa y se dirigió a la Fiscalía para iniciar el operativo por toda la ciudad para encontrar a la madre de Daniel. A las 9:57 p.m., hora en que los delincuentes creían que el detective Ferrer estaba dentro de la vivienda, explotó el Renault Megane, el cual estaba cargado con 50 kilos de dinamita. El carro bomba dejó 15 muertos y destrucción total en el sector, Ferrer se había salvado.
 A las cuatro de la mañana de la siguiente madrugada, el operativo de Ferrer resultó exitoso y se dio la captura de 15 hombres que llevaban, en tres camionetas, escoltada a la señora Inés. La anciana, afectada por el trajín del secuestro, se reencontró con su hijo y éste le prometió a Ferrer que continuaría junto a él para llegar al fondo de todo. Esa misma madrugada Javier conoció la noticia de lo ocurrido en su casa, aunque no se movió de la Fiscalía para interrogar a los capturados.
 CAPÍTULO 11
EL REVELADOR HALLAZGO
 Durante el interrogatorio a los 15 hombres, descubrió que éstos eran funcionarios de varias empresas pertenecientes al industrial Ernesto Arévalo. Varios de ellos temieron a lo que les podrían hacer y no dijeron nada, pero más de cuatro, en su indagatoria, señalaron a Arévalo como jefe de esa organización, quien utilizaba como fachada sus respetables empresas en varios sectores.
 En los vehículos del secuestro se encontraron además documentos y grabaciones que llevaba consigo uno de los capos súbditos de Arévalo y que implicaban y relacionaban al empresario con Bañol. Ferrer presentó las pruebas a la Fiscalía y pidió su captura, pero el Fiscal General alegó que no podían capturar a ese “respetadísimo industrial”, pues no había las pruebas suficientes para ello.
 La declaración del Fiscal enfureció a los detectives, pero más aún al Presidente, quien lo destituyó y eligió a otro en su reemplazo. El nuevo Fiscal, cercano al Partido Nacionalista, con las pruebas presentadas, ordenó de inmediato la captura de Bañol como primera medida, aunque sostuvo que las pruebas en contra de Arévalo eran insuficientes.
 En un gran operativo dentro del Congreso y con la atención de los medios de comunicación, se logró la captura del senador Ramón Bañol, éste se entrevistó con Ferrer y Arcila:
-Senador, la última vez que hablamos usted era él que reía, pues bien, dicen que el que ríe de último, ríe mejor o ¿usted qué piensa?-dijo el detective Ferrer.
-¡Maldito detective! , Yo tengo tranquilidad, estoy seguro de que en unos días estaré libre nuevamente-dijo Bañol.
-Ya no será tan fácil Bañol, ya no tiene un Fiscal que comprar, el Presidente nos apoya y parece que a usted lo dejaron solo.
Ferrer hizo una pausa y le gritó a  Bañol: -¡Maldita sea!, dígame ¿qué tiene que ver en todo esto Ernesto Arévalo?, él puede ser más culpable que usted y sigue libre, en cambio, usted está aquí y si no canta serán muchos años tras las rejas, usted ya está condenado, cante a ver-agregó Ferrer.
El senador Bañol se quedó pensando un tiempo y con un tono de voz arrepentido y totalmente rendido, empezó a relatar:
-El coordinador y dueño de esas empresas de contrabando y narcotráfico es Arévalo, él me contrató para que le manejara algunas licitaciones con los gobiernos pasados, todo para robar dinero del Estado y para acabar con nuestros competidores. Él fue quien me dijo que iba a asesinar a Rincón porque estaba a punto de meterse con ambos y eso él no lo iba a permitir. No supe nada más hasta el día de la muerte de Rincón, sólo colaboré rebajando su seguridad.
-¡Casi nada maldita basura humana!-le gritó Arcila.-Ya verán, van a pagar por todo esto y esa organización se va a acabar.
 La declaración de Bañol la tomó la Fiscalía, la cual ordenó la captura inmediata del empresario Ernesto Arévalo. Él estaba en su casa al norte de Andaluz, sabía que si lo capturaban iba a decir la verdad acerca de los demás que estaban involucrados en la espeluznante y delictiva organización. Media hora antes de que la Fiscalía llegara a su casa, tres hombres entraron a la vivienda y lo asesinaron a él y a su esposa. Cuando llegaron a capturarlo, los policías tuvieron que llamar a Medicina Legal para que se ocupara del levantamiento de los cuerpos.
 CAPÍTULO 12
LA TRAMPA
 El suceso había dejado muchas dudas en los detectives, con ese asesinato estaba demostrado que había alguien más dentro de la organización, alguien más poderoso que Arévalo, quien no quería que éste, al igual que Bañol, contaran lo que supieran. La investigación estaba en un punto difícil, estaban muy cerca de desarticular la organización, pero aún no tenían claridad sobre el asesinato de Rincón.
 A las dos semanas, el 11 de Mayo, un hombre llamó al celular del detective Ferrer, en ese momento Daniel Arcila no estaba junto a él, pues estaba atendiendo problemas de salud de su madre:
-Detective Ferrer, ¿cómo está?
-¿Con quién hablo?
-Eso no interesa, lo que le debe importar es lo que le tengo que contar. Yo deserté de esa organización que usted está investigando y tengo mucha información que le puede ser útil. Sé cómo se fraguó la muerte del Primer Ministro.
-¿Me está hablando en serio?
-Por supuesto que sí, yo no jugaría con algo tan delicado como eso.
-Entonces qué le parece si nos vemos cerca al Parque de los Libertadores.
-¿Usted es que es bruto? Esa gente me está buscando por cielo y tierra, no me puedo exponer tanto. En estos momentos estoy escondido en una bodega, en la vieja zona industrial, acá nos podemos ver esta misma noche.
-Está bien confío en usted, ¿dónde queda exactamente?
-Vea detective esta era una bodega de gas natural, queda por la vía alterna al norte de la ciudad, es la B-16, lo espero pronto.
-Ya mismo voy para allá.
 Todos esos sucesos habían llevado a Ferrer al lugar y a lo que estaba viviendo en ese momento. Aquel hombre, el más poderoso de la organización, le apuntaba con un arma para acabar con su vida y enterrar la investigación. Ferrer, tal vez por el desespero de encontrar las pruebas que los llevaran al punto más alto de su investigación, había caído en la trampa.
Ese hombre bajó el arma y le descubrió los ojos.
CAPÍTULO 13
LA PIEZA QUE FALTABA
 -Por fin me conoce detective Ferrer, mucho gusto Diego Vivi. Tiene un placer que pocos tienen, soy el hombre más rico de este país, pero no más de veinte personas me conocen, tanto que para usted, que ni un caso ha dejado sin resolver, le fue imposible encontrarme.
Javier estaba sorprendido, jamás había oído nombrar a este hombre ni lo había visto en fotografías; su existencia realmente era un misterio. Vivi, el jefe de toda esa organización era un hombre robusto, de cabello negro oscuro totalmente, una mirada expresiva y alegre, que no decía mucho de su forma de ser, macabra, cruel y asesina.
-Pues realmente sí, es un misterio su existencia, ¿cómo es que ha logrado controlar todo esto sin que lo descubran?-dijo Ferrer con un tono de desprecio.
-Astucia, mi querido detective, mucha astucia. Bueno y ya que está aquí, frente al hombre más poderoso, digámoslo así, frente al verdadero presidente del país, le voy a conceder el deseo de relatarle muy detalladamente cómo fue que matamos a su ídolo, don Jairo Rincón.
Javier se volvió a estremecer de la rabia en su silla, pero Vivi continuó hablando:
-Al Ministro lo pusimos sobre aviso con el secuestro de su hermana; pero él ni se quedó callado, ni quiso irse, así que tuvimos que proceder. Ferrer le cuento todo esto porque ya lo veo con una lápida en la cara hermano; en un momento llega Nelson y lo va a llevar allá, a ese cuarto oscuro, ¡para que acaben con su desgraciada vida!
El detective Ferrer permanecía en silencio, sólo esperaba escuchar ese relato de cómo mataron al Ministro, para morir de manos de un matón de Vivi, éste continuó relatando:
-En enero, el viejo Rincón se había metido con algunas de mis empresas del occidente, las desarticuló y les bloqueó las rutas de contrabando y narcotráfico. Yo le dije a Arévalo que procediera con sus políticos amigos y si era preciso con el mismo presidente para contrarrestar el poder de Rincón.
-¿Entonces el Presidente sí tiene algo que ver?-preguntó Ferrer, rompiendo el silencio.
-No, detective, Arévalo jamás se comunicó con él, sólo sostuvo contacto con Bañol y otros dos senadores de confianza. Él temía que lo llegaran a descubrir y en parte yo también, porque si lo descubrían a él, muy seguramente iba a cantar y ahí caía yo, o por lo menos se empezaba a hablar de mí, y yo no quería eso, por eso lo mandamos al papayo. En fin, la última semana de enero me reuní con Arévalo y le pedí que hiciera alguna gestión para rebajar la seguridad de Rincón; él procedió de inmediato y fue así como Bañol impidió que se redoblara la seguridad del Ministro. Al día siguiente, le encargué a uno de mis hombres buscar dos sicarios hambrientos de dinero y que no tuvieran vínculos con la organización, para que mataran a Rincón. El único que tuvo contacto con ellos fue ese hombre, que días después mandé matar porque, como usted, sabía mucho.
-Y ¿qué pasó con esos sicarios?-preguntó nuevamente Ferrer.
-Detective, ustedes los tienen en la Fiscalía. Los hombres que capturaron cuando inició la investigación son los mismos que mataron a Rincón, sólo que ellos no dijeron nada por el grave peligro que corrían. El caso es que se les pagó una millonada y se les dieron todas las indicaciones para que ese 5 de febrero atentaran contra Rincón. Arévalo me llamó esa misma tarde y me informó que la seguridad del Ministro estaba desarticulada, así que por la noche, cuando el respetadísimo Ministro entraba a su casa, ¡pum!, Acabamos con su honesta vida.
 Vivi acabó de relatar la historia con satisfacción y terminó con una risa de maldad. Y no era para menos, la tranquilidad por la muerte de Rincón le significaba seguir operando en toda su organización sin mayores obstáculos.
-El siguiente paso detective, el presidente Salinas. Con eso del nombramiento del nuevo Fiscal demostró mucha honestidad y eso así no me gusta para nada.
-¡Maldita escoria!, Pero eso si no lo van a lograr.
-¡Cállese la boca!, Usted no tiene derecho a hablar nada, ni mucho menos a gritarme. Nelson, ahora sí, el muy bastardo ya supo cómo murió su ídolo, lléveselo al cuarto oscuro, descárguele todo el revolver, quiero que muera al instante.
 Nelson cumplía las ordenes de su patrón, sujetó fuertemente los brazos de Ferrer y lo conducía al cuarto oscuro; el detective sentía que su muerte estaba muy cerca, pero le parecía que cada segundo era una eternidad, estaba esperando algo, pero su muerte era inminente. Cuando entraron a aquel cuarto, cuando el sudor de Ferrer era helado, su nerviosismo llegaba al punto máximo y un frío aterrador, la muerte, le recorría por todo su cuerpo, algo ocurrió.
 CAPÍTULO 14
EL OPERATIVO
 Dentro de la bodega se sintió un gran estruendo, habían derribado las puertas de acceso, la policía y un grupo de inteligencia del Estado habían irrumpido en el lugar, comandados por el detective Arcila, los hombres de la policía que eran más de cien, tenían totalmente rodeado el lugar. Ferrer, en el cuarto oscuro, aprovechando la sorpresa de Nelson, le propinó una patada, lo tumbó al piso y atrapó el arma con la que lo iban a asesinar, lo golpeó en varias ocasiones hasta dejarlo inconsciente; mientras Vivi escapaba del lugar.
 Pero cómo había logrado llegar hasta allí la policía, se preguntaba Vivi mientras corría. Sencillamente el sistema de ubicación GPS del celular de Ferrer y un aviso de alerta que él envió cuando lo capturaron, les había permitido llegar al lugar, aunque los criminales le habían incautado el celular, el sistema siguió funcionando y permitió la búsqueda satisfactoria de Ferrer. Finalmente no había caído totalmente en la trampa de la organización.  
 Mientras tanto, Vivi corría asustado por los lugares más recónditos de esa bodega, en ese momento los disparos comenzaron, la policía trataba de tomarse el lugar, mientras los hombres de Diego Vivi lo defendían a sangre y fuego y no permitían que la policía llegara muy lejos. Ferrer y Arcila se reencontraron y en pocas palabras, de forma rápida, le explicó quién era Vivi y se lo describió perfectamente. La policía inició la búsqueda en toda esa inmensa bodega; ya había varios heridos y dos hombres de Vivi muertos.
 Ferrer entró por una puerta en busca de Vivi y allí encontró un sótano; bajó rápidamente y allí se volvió a encontrar frente a frente con este capo de la mafia, aunque en esta ocasión la situación había cambiado.
-¡Manos arriba maldito asesino!, Por fin estará en mis manos. ¿No decía que era muy intocable?
-Detective Ferrer lo podemos negociar, esta camioneta que tengo acá me puede permitir escapar, seguir con mis fructíferos negocios y a usted, conmigo, le puede ir mejor que en ese trabajo en la Fiscalía. ¿Le suena la idea?-le dijo Vivi desesperado a Ferrer. Sin bajar el arma el detective le dijo:
-Bien Vivi y ¿cuánto me podría dar por dejarlo ir?, Tiene que ser una alta suma de dinero-respondió Ferrer.
-Así me gusta detective-respondió entusiasmado-, pídame lo que quiera. ¿Tres, cinco, diez millones de dólares?-le propuso Vivi.
-No sea idiota, la muerte del ministro Rincón no vale ni mil millones de esos malditos billetes verdes.
Javier Ferrer le disparó a las llantas de la camioneta en la que pensaba escapar Vivi. Los disparos alertaron a los policías que estaban en la planta de arriba. Ferrer le apuntó a Vivi con el arma hasta que bajaron diez policías e hicieron efectiva la captura de Diego Vivi.
 En el operativo, la policía logró la captura de más de 30 hombres de Vivi. En la camioneta encontraron cheques, documentos, rutas de narcotráfico y grabaciones con otros políticos a los que incluyeron en la investigación.
 En la mañana del otro día, Ferrer y Arcila llamaron a todos los medios de comunicación del país. La expectativa en la Fiscalía era grande, al lugar también asistió la periodista de la revista Informativa, Luisa Osorio. Ferrer se dirigió a todos y dijo:
-Señores, quiero que le comuniquen al país que al fin sabemos quién mató al ministro.
Los periodistas quedaron atónitos con la noticia y Javier Ferrer y su compañero Daniel Arcila les empezaron a explicar a todos cómo actuaba la organización y quién era su capo.
 La rueda de prensa culminó y con ella la investigación. Al capo Diego Vivi se le impuso cadena perpetua y la policía desarticuló su organización en todo el país; los dineros ilícitos pararon en inversión social y los detectives, orgullosos por su trabajo, siguieron haciéndolo, cada día con más ánimo. El país, aunque perdió un líder, por fin supo ¿Quién mató al Ministro?